lunes, 13 de enero de 2014

Shhh... Sherlock

¡Feliz Año Nuevo a todo el mundo, amigüitos y amigüitas! Tras una ausencia prosaica más larga de lo que inicialmente me propuse al comenzar este blog, he vuelto. Y sin más preámbulos, voy a lo que me ha recordado una amiga hoy: es Lunes, ergo... tarde de series. Aquellos que conocen mis gustos seriófilos y los comparten no se extrañarán de mi elección de hoy, porque resulta del todo...

... elemental.


(Foto: BBC)

Hablar de “Sherlock” es hablar de calidad. Una serie producida por la BBC que consta de tres episodios por temporada, y que ayer culminó la tercera con el capítulo que me dispongo a ver en estos momentos. Creedme cuando os digo que ésta no es una versión más de la obra de Sir Arthur Conan Doyle, y que a pesar de haber trasladado las tramas del Londres victoriano al momento presente, sólo podría calificar la adaptación como sobresaliente, como sobresalientes son las interpretaciones de sus protagonistas: Benedict Cumberbatch en el papel de Sherlock, Martin Freeman en el de Watson, Andrew Scott como el archi-villano Moriarty y mi pequeña debilidad… Mark Gatiss, interpretando a Mycroft, el desquiciante hermano de Sherlock.

¿Es necesario haber leído la obra de Sir Conan Doyle para apreciar "Sherlock" en toda su magnitud? Sí y no. La serie es realmente buena por sí misma, pero haber leído alguna de las aventuras que forman el llamado canon holmesiano es lo que me lleva inequívocamente a calificarla de sobresaliente. Hay una diferencia entre copiar y adaptar, entre cambiar e incorporar, entre, a fin de cuentas, versionar y sorprender. Y a mí esta serie no deja de sorprenderme por su ingenio. Por cierto, que ya se ha anunciado una cuarta temporada. Lo cual, en vista de la acogida mostrada por la audiencia, resulta del todo...

... elemental.

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